Doctor estoy triste.

sábado, 7 de febrero de 2009

























Estando yo en la consulta vino una paciente de 34 años con asma corticodependiente. Es una normalmente alegre y extrovertida. Inicialmente me dice que no entiende muy bien lo que le pasa. Lleva 15 dias con ánimo triste, ganas de llorar y no disfruta de nada de lo que hace. Cualquier actividad que realiza le cuesta muchisimo hacerla, lo hace a base de fuerza de voluntad. Está muy preocupada, porque no tiene ninguna razón para sentirse así.
Yo, inicialmente, pensaba en depresión endógena, nada reactivo. Pero ella con gran perspicacia me preguntó: "¿no será por la medicación que tomo?". Su tratamiento actual es: dacortin 5 mg, plusvent y syngulair. Mi respuesta fue: "no creo los corticoides producen alteraciones del ánimo pero suelen ser más euforizantes, me parece a mí, que por ahí no van las cosas". Debe ser que como dijo Descartes : "Dudo luego existo" (no lo dijo, pero para el caso no viene bien), pues durante un momento dudé, cogí mi fiel medimecum y me dispuse a leer los efectos secundarios del dacortin (prednisona) y efectivamente:
"En caso de tratamientos de larga duración con glucocorticoides pueden aparecer los siguientes efectos secundarios: .... Sistema nervioso central: Depresión, irritabilidad, euforia, aumento del apetito y vigor, pseudotumor cerebral, manifestaciones de epilepsia latente. (sacado del Vademecum).
Lo primero que le dije fue: "tenía usted razón, es culpa nuestra, es el dacortin", es lo más probable, no tengo la certeza absoluta de que sea el dacortin, aunque tiene muchas papeletas, pero solo esta frase fue terapeútica. Hablamos de riesgo/beneficio, de que dado su asma no se le puede quitar los corticoides .... que si la ponemos un ISRS ... pero yo creo que lo que más le ayudó fue decirle que era culpa de la medicación y escucharla. Esto es lo que se consigue teniendo más de 3 minutos por paciente.
Por supuesto que notifiqué la reacción adversa.
La verdad que no dejaré de aprender algo nuevo hasta 5 minutos después de haberme muerto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es interesante la reflexión. Hace pensar también en nuestros propios esquemas cognitivos, y como "mantenerlos" para que nos hagan caer en todas las opciones.

Una paciente me consultó una vez por un bulto en el cuello, asociado a dolor de garganta, en plena temporada catarral. Me preguntó si se podía deber a una medicación que tomaba para la epilepsia. Esa medicación yo ni la conocía, porque había sido pautada recientemente por su neurologo.
Mi respuesta inicial fue un rotundo NO, dispuesto a saldar la consulta con una exploración ORL.
Alguna de mis neuronas decidió dudar...y la paciente resultó tener un inicio de una reacción grave de hipersensibilidad al fármaco (lamotrigina) que se puede leer en la ficha técnica, que a mí también se me ocurrió mirar, afortunadamente...

En Medicina Clinica una médico explica como se le ocurrió un diagnóstico viendo una serie de CSI...

Así pensamos, así somos,

Saludos,
Ernesto B.

Natho47 dijo...

La última frase de tu post es sencillamente estimulante.
Gracias

Dr. Bonis dijo...

Creo que los pacientes saben más sobre lo que les pasa de lo que creemos.

Yo intento escuchar y considerar todo lo que me dicen.

Ya las tres preguntas hipocráticas incluían el "¿a qué lo atribuye?".

Los antiguos no tenían medimecum ni pruebas complementarias. Pero si durante siglos usaron esa pregunta será por algo...