Una de las máximas en la gestion de sistemas es intentar que los procesos sean simples.
A traves del blog de Vicente Baos llego a un documento difundido por el servicio de urgencias del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid donde se describe el proceso de marear la perdiz (*), que seguiría un paciente con dolor abdominal que acude al servicio de urgencias.
“El paciente llegaría a urgencias. Un celador lo recibiría y lo sentaría en una
silla de ruedas. Tras acompañarlo al mostrador donde un administrativo tomaría sus
datos y le abriría la historia informática, lo llevaría a una sala de espera donde
esperaría hasta que le tocase ser triado (aunque si estuviese muy afectado, se
priorizaría sobre otros enfermos). Pasará a la sala de triaje en la que una enfermera
hace la primera valoración del enfermo interrogándolo, tomando sus constantes
vitales y rellenando un formulario informático. Con la patología descrita y si no tiene
una importante alteración de sus constantes vitales, la enfermera determinará que
pase al nivel II, y realizará su traslado informático. En paralelo, un celador deberá
recoger al enfermo en la puerta de la sala de triaje y trasladarlo, en silla de ruedas
al nivel II. En el nivel II el médico de Evaluación precoz lo pasará a su consulta y le
interrogará y explorará someramente con objeto de determinar sus necesidades
prioritarias. Abrirá su historia informática y solicitará, informáticamente, una
analítica completa y una radiografía, y le pautaría un analgésico al enfermo. Hecho
esto (informáticamente), imprimirá su anotación con las órdenes de enfermería y las
peticiones analíticas, las llevará a la mesa de la consulta de enfermería de primera
evaluación, donde se colocan en orden, y llevará al enfermo a la sala de espera.
Cuando le toque el turno, la enfermera saldrá a la sala de espera y empujará al
enfermo a su consulta, extraerá las muestras de sangre, las etiquetará y las enviará a
los laboratorios, aplicará el analgésico del enfermo y lo acompañará nuevamente ya
a su ubicación definitiva, en una de las salas con camillas o sillones del nivel II.
Después, la enfermera anotará el nombre del enfermo en una hoja donde queda
registrado para evitar su extravío por errores informáticos, y nombrará responsable
del mismo a una de las otras dos enfermeras. Realizará el traslado informático y
depositará el volante impreso de la radiografía en un cajetín dispuesto para los
celadores, y éstos, al ver un volante allí, buscarán al enfermo y lo llevarán al
servicio de radiología, donde se realizará la radiografía, y se volverá traer a la sala
asignada. Posteriormente un miembro del equipo de médicos del Nivel II lo atenderá
de forma más extensa, haciendo un interrogatorio amplio y una exploración
detallada, en uno de los tres cuartos habilitados para ello. Si la espera ha sido larga
podrá disponer de los resultados de los análisis, y con ello decidir hacerle una
ecografía, lo que solicitará telefónicamente al radiólogo de guardia, hará después la
petición informática, la imprimirá y la colocará en el mostrador en la bandeja de los
celadores, que, una vez vista, estarán pendientes de recoger al enfermo cuando el
radiólogo les avise.... estas han sido las primeras tres horas del enfermo en
urgencias."
Despues de leerlo dos veces todavia tengo dudas de como localizar al paciente (se podria poner un chip en la oreja), si es que todavia está en el hospital. Ahora comienzo a entender algunos comentarios de los pacientes.
(*) Marear la perdiz es hacer perder el tiempo intencionadamente, en rodeos o dilaciones que retrasan u obstaculizan la resolución de un problema.
En el acto de marear la perdiz se precisan, como mínimo, dos colaboradores, uno es la pobre perdiz, que suele estar sola y desamparada, y el otro es el canalla del mareador, que normalmente está sólo, pero a veces está malvadamente acompañado.