En una entrada anterior de este blog se hablo sobre un estudio que comparaba el uso del agua del grifo frente a soluciones salinas para lavado de heridas, ganado el agua del grifo. En un afán de seguir ahorrandole dinero a nuestro sistema de salud os escribo acerca de 2 posibilidades nuevas:
Ensayo del BMJ ( Suturing versus conservative management of lacerations of the hand: randomised controlled trial BMJ 2002;325(7359):299.):en el que comparaban suturar frente a no suturar en el tratamiento de heridas de la mano.Se incluyeron todos los pacientes con laceraciones en la mano de localización distal al pliegue volar de la muñeca, que normalmente se hubieran tratado mediante sutura. Se excluyeron las laceraciones de longitud superior a 2 cm, las de más de 8 h de evolución, cuando no se consiguió la hemostasia tras 15 minutos, se sospechaba daño neurovascular, tendinoso u óseo asociado, las laceraciones del lecho ungueal y las heridas por punción o mordedura. También se excluyeron aquellos pacientes con complicaciones diabéticas, tratamiento anticoagulante o uso prolongado de esteroides así como aquellos incapaces de participar en el seguimiento.
Se pidió consentimiento informado a todos los participantes y si accedían se les asignaba de forma aleatoria el tratamiento conservador o mediante sutura. Los tratados mediante sutura recibieron anestesia local, limpieza de la herida, sutura con monofilamento, tratamiento tópico con antibiótico y cobertura de la herida con gasa durante 24 a 48 h. En los que recibieron tratamiento conservador la limpieza se realizó de igual forma, se les aplicó tratamiento antibiótico tópico y se cubrió la herida con una gasa durante 48 horas.
Se registró el tiempo del procedimiento, desde la limpieza hasta la cobertura con gasa. El dolor se midió mediante una escala analógica visual. Se revisó la evolución de la herida a los 8-10 días, utilizando una escala de herida validada. Se preguntó al paciente sobre el tiempo transcurrido hasta la reincorporación a su actividad cotidiana con utilización ilimitada de la mano afectada. En el seguimiento a los tres meses se comprobó la ausencia de infección y la correcta cicatrización y se fotografió la herida para valoración estética por dos médicos independientes que desconocían el tratamiento aplicado y puntuaban según una escala analógica visual previamente validada. Los pacientes también valoraban sus cicatrices en ese momento con la misma escala.
Durante el periodo de estudio, se incluyeron 91 pacientes. Del total de laceraciones atendidas más del 80% cumplían criterios de inclusión. En la valoración estética de la cicatriz llevada a cabo por médicos no existieron diferencias significativas entre el grupo tratado mediante sutura y el tratado de forma conservadora. Lo mismo ocurría en la valoración a los tres meses llevada a cabo por el propio paciente. En el seguimiento a los 8-10 días no había diferencias entre ambos grupos en cuanto a la evolución de la herida medida mediante la escala de herida, ni tampoco en cuanto al tiempo transcurrido hasta recobrar la actividad normal. Solamente una de las heridas (suturada) se infectó. En cuanto a la valoración del dolor, los tratados de forma conservadora refirieron menos dolor que los tratados mediante sutura (p<0,05).).
Se pidió consentimiento informado a todos los participantes y si accedían se les asignaba de forma aleatoria el tratamiento conservador o mediante sutura. Los tratados mediante sutura recibieron anestesia local, limpieza de la herida, sutura con monofilamento, tratamiento tópico con antibiótico y cobertura de la herida con gasa durante 24 a 48 h. En los que recibieron tratamiento conservador la limpieza se realizó de igual forma, se les aplicó tratamiento antibiótico tópico y se cubrió la herida con una gasa durante 48 horas.
Se registró el tiempo del procedimiento, desde la limpieza hasta la cobertura con gasa. El dolor se midió mediante una escala analógica visual. Se revisó la evolución de la herida a los 8-10 días, utilizando una escala de herida validada. Se preguntó al paciente sobre el tiempo transcurrido hasta la reincorporación a su actividad cotidiana con utilización ilimitada de la mano afectada. En el seguimiento a los tres meses se comprobó la ausencia de infección y la correcta cicatrización y se fotografió la herida para valoración estética por dos médicos independientes que desconocían el tratamiento aplicado y puntuaban según una escala analógica visual previamente validada. Los pacientes también valoraban sus cicatrices en ese momento con la misma escala.
Durante el periodo de estudio, se incluyeron 91 pacientes. Del total de laceraciones atendidas más del 80% cumplían criterios de inclusión. En la valoración estética de la cicatriz llevada a cabo por médicos no existieron diferencias significativas entre el grupo tratado mediante sutura y el tratado de forma conservadora. Lo mismo ocurría en la valoración a los tres meses llevada a cabo por el propio paciente. En el seguimiento a los 8-10 días no había diferencias entre ambos grupos en cuanto a la evolución de la herida medida mediante la escala de herida, ni tampoco en cuanto al tiempo transcurrido hasta recobrar la actividad normal. Solamente una de las heridas (suturada) se infectó. En cuanto a la valoración del dolor, los tratados de forma conservadora refirieron menos dolor que los tratados mediante sutura (p<0,05).).
2. Una comunicación presentada en el IV congreso Asturcántabro de Urgencias y Emergencias: Durante 2 años valoraron la aplicación de un adhesivo tisular (2-octil cianocrilato) en pacientes pediátricos y adultos en heridas que hubiesen requerido sutura. Se realizaba control a los 5 dias y 3 meses teniendo en cuenta la satisfaccion del paciente o padres y los resultados estéticos. Se excluían heridas sucias que precisen desbridamiento, mordeduras, localizadas en zonas de tensión o con vello. Presenta una muestra pequeña de 36 pacientes con una edad media de 7,11+/-9,51, el 69,5% varones y el 30,5% mujeres. La distribución de las heridas fue:15 frontales, 6 supraciliares, 4 palpebrales, 4 mentón, 3 pómulo, 3 labiales y 1 nasofrontal.
A los 5 dias 28 evolucionaron bien (77,7%), 2 con dehiscencia (5,5%), 2 con infección (5,5%), 2 con hematoma (5,5%) y 1 con eritema (2,8%). En cuanto al estado emocional el 86% estaban tranquilos a la hora de aplicar el adhesivo y el resultado a los 3 meses segun valoraban los pacientes fue 66,6% excelente, 19,4% aceptable y 11% inaceptable. Por lo que concluyen que es una opcion a tener en cuenta a la hora de suturar niños. La verdad es que la muestra es pequeña y no es posible generalizar pero para mi que lo he usado me parece que si se sigue el protocolo es una muy buena opción en niños.
1 comentarios:
Anteriormente habia un error no es un ensayo de la cochrane (que no hace) si no del BMJ, lo que lo encontre a traves de cochrane plus en español, siento el error.
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